“Imagina a toda la gente viviendo la vida en paz” John Lennon

 



La resolución aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas que instaura el 2 de octubre como Día Internacional de la No Violencia,invita a todos los estados miembros, a difundir el mensaje de la no violencia, por medios como las actividades educativas y de sensibilizacion de la opinión pública. La resolucion reafirma "la relevancia universal del principio de la no violencia" el deseo de "conseguir una cultura de paz, tolerancia, comprensión y no violencia".

La fecha elegida, conmemora el nacimiento de Mahatma Gandhi, quien desde su lucha de guiar a la India hacia su independencia, ha sido la inspiración de los movimientos no violentos por los derechos civiles y el cambio social a través del mundo. A lo largo de su vida, Gandhi promovió el ideal de que "los medios justos llevan a fines justos", es decir, que es irracional intentar usar la violencia para conseguir una sociedad pacífica, incluso bajo condiciones opresivas y frente a retos aparentemente infranqueables.


En el mundo ha habido otros líderes que han enarbolado su estandarte, desde Chico Mendes en el Brasil, hasta el Reverendo Dr. Martin Luther King Junior en los Estados Unidos; desde Nelson Mandela en Sudádrica a la Profesora Waangar Maathai en Kenia. Todos estos lideres inspiraron movimientos mundiales a los que se sumaron innumerables seguidores de la no violencia como valor básico y como principio de acción.
La violencia transnacional que está ligada a otras formas de violencia social y las actividades y redes ilícitas que van más alla de las fronteras, son un fenómeno de incidencia cada vez mayor.

Tal pareciera que la violencia se ha vuelto un acontecer tan cotidiano en buena parte del mundo, que los análisis tienden a explicarla en términos sociológicos o políticos muchas veces insuficientes o superficiales: la pobreza y la marginación, o la ambición, la discriminación, el fundamentalismo religioso (tal como el que hemos visto en París), el poder, el combate a las drogas o hasta un gen cultural de la ilegalidad, que es la que la hace inevitable. La pobreza puede ser un factor, pero si la aceptamos como causa, estaríamos frente a una realidad aterradora de que millones de pobres son potenciales delincuentes. El combate a las drogas es también sólo un factor, pero es absurdo pensar que si no se les combatiera viviríamos en una paz perpetua. Las emociones descontroladas –que no las ideas ni las creencias– llevadas al extremo de querer exterminar a quienes no piensen como uno, son sin duda uno de los factores que producen la irracional violencia del terrorismo.
La verdad es que todos los factores que contribuyen a la violencia tienen un común denominador, que es la vulnerable condición humana.

En “Sobre la paz perpetua” Kant desarrolla su proyecto jurídico para conseguir una organización política mundial y particular para cada uno de los Estados que favorezca la paz. Se trata de una reflexión sobre cómo políticamente los hombres podrían evitar el enfrentamiento mutuo, reconociendo que la paz no es consustancial a su naturaleza.


Sin duda, “el proceso hacia la no violencia, requerirá un cambio de mentalidad y de corazón; como así también de un nuevo sentido de interdependencia global y responsabilidad universal. Debemos desarrollar y aplicar imaginativamente la visión de un modo de vida sostenible a nivel local, nacional, regional y global. Nuestra diversidad cultural es una herencia preciosa y las diferentes culturas encontrarán sus propias formas para concretar lo establecido.” (Carta de la tierra)
Debemos profundizar y ampliar el diálogo global que generó la Carta de la Tierra, puesto que tenemos mucho que aprender en la búsqueda colaboradora de la verdad y la sabiduría.
Sus principios en relación a la democracia, la paz y la no violencia son claros y contundente, y su puesta en práctica esencial para alcanzar su objetivo:
*Fortalecer las instituciones democráticas en todos los niveles y brindar transparencia y rendimiento de cuentas en la gobernabilidad, participación inclusiva en la toma de decisiones y acceso a la justicia.
*Integrar en la educación formal y en el aprendizaje a lo largo de la vida, las habilidades, el conocimiento y los valores necesarios para un modo de vida sostenible.
*Tratar a todos los seres vivientes con respeto y consideración.
*Promover una cultura de tolerancia, no violencia y paz.

La abolición de la violencia y sus causas exige, sin embargo, mucho más que la acción de los Estados. Este objetivo conlleva la participación de todos mediante la práctica cotidiana de los derechos humanos. Solo así se lograra un profundo cambio de actitudes en el seno de la familia, la comunidad, la región y el país.

Es imprescindible movilizar a la sociedad con el fin de forjar en los jóvenes el deseo ferviente de buscar nuevas formas de convivencia basadas en la conciliación, la generosidad y la tolerancia, así como el rechazo a toda forma de opresión y violencia, la justa distribución de la riqueza, el libre flujo informativo y los conocimientos compartidos.
Múltiples y diversas son las formas en que es posible contribuir a generar la tan ansiada convivencia en paz y armonía, no solamente desde el estado, sino también desde la sociedad civil, en este caso, además de la cultura de la tolerancia y la no violencia, a través de herramientas quizá menos convencionales pero tan eficaces, como por ejemplo el arte, en sus diferentes formas, la música, la pintura, la danza y más, como se ha venido demostrando a través de la historia.

Arte por la Paz:

El arte puede construir la paz. En épocas de conflicto, la música, la pintura, el teatro y la danza se convierten en herramientas poderosas en manos de los más frágiles. En este sentido, las artes han sido consideradas a través de la historia como un elemento de cambio social, no solo por su capacidad para construir, sino por su especial influencia en el ser humano.

Música:
Un claro ejemplo es la West-Eastern Divan Orchestra (en español, Orquesta del Diván de Oriente y Occidente, nombre inspirado en un libro de poemas de Goethe), es un proyecto ideado por el argentino Daniel Barenboim y su amigo palestino Edward Said, con el objetivo de ser un reflejo musical y moral, de convivencia, comprensión, y paz que reúne, con espíritu de concordia, a jóvenes talentos musicales palestinos, árabes e israelíes, así como un foro para el diálogo y la reflexión sobre el conflicto israelí-palestino. Este proyecto nació con el propósito de combinar el estudio y el desarrollo musical con compartir el conocimiento y la comprensión entre culturas que han sido tradicionalmente rivales. 


Muchos otros autores populares han contribuido desde sus letras a acercar el mensaje de paz a sus seguidores:


John Lennon - Imagine
Mercedes Sosa – Vidalita de la Paz
León Gieco - Solo le pido a Dios
Michael Jackson – Health The World

Plástica :
Si bien es cierto que la guerra ha cautivado más a los artistas plásticos que la paz, quizá por ser esta un tema más abstracto e inaccesible, hay dos obras emblemáticas de la historia universal que mejor ha representado esta temática.

La paloma de la Paz – Pablo Picasso
Uno de los mayores responsables de que la paloma con una rama de olivo se reconozca como símbolo de la paz, fue el artista Pablo Picasso, quien hizo una serie de dibujos de palomas, en ocasión de la celebrción del "Primer Congreso Mundial de Partidarios de la Paz" en abril de 1949 en París. Uno de dichos dibujos sirvio para el afiche del Congreso y su uso como símbolo de paz se intensifico sobre todo el siglo XX.

Guernica - Pablo Picasso
Esta obra, es el reflejo fiel de una época y de unas luctuosas y dramáticas circunstancias, el lienzo Guernica nació para formar parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París, de 1937. El motivo que impulsó a Pablo Picasso a realizar la escena representada en esta gran pintura fue la noticia de los bombardeos efectuados por la aviación alemana sobre la villa vasca que da nombre a la obra. A pesar de ello, tanto los bocetos como el cuadro no contienen ninguna alusión a sucesos concretos, sino que, por el contrario, constituyen un alegato genérico contra la barbarie y el terror de la guerra.

Poesía:
En esta dinámica alrededor de la paz y la reconciliación, no es menor la influencia de las voces de los poetas.


"¡Paz, paz, paz! Paz luminosa.
Una vida de armonía
sobre una tierra dichosa.

Paz sin fin, paz verdadera. 
Paz que el alba se levante
y a la noche no se muera."
Rafael Alberti.
 
"Mariana, ¿qué es el hombre sin libertad? 
¿Sin esa luz armoniosa y fija que se siente por dentro?
¿Cómo podría quererte no siendo libre, dime?
Los poetas seremos viejos y solitarios. 
Bajo el olivo añoso cantaremos la Paz. 
Dirá: paz, paz, paz..."
Federico García Lorca.
 
"Aquel que en la paz
por la guerra suspira,
ya despedirse puede
del placer y de la dicha
de esperar que a las alma
ingenuas las anima." 
Goethe. 
"La guerra es el crimen estúpido por excelencia,
el único que no puede alcanzar
el perdón de Dios ni de los hombres.
La guerra está contra la cultura,
pues destruye todos los valores espirituales.
¡Señor! La guerra es mala y bárbara; la guerra
odiada por las madres, las almas entigrece;
mientras la guerra pasa, ¿quién sembrará la tierra?
¿Quién sembrará la espiga que junto amarillece?" 
                                                                                              Antonio Machado. 

Cine:
Paz, es un concepto tan abstracto, que incluso en el cine, acostumbrado a manejar todo tipo de lenguajes y situaciones, se ha visto tratada de forma escasa. No hay grandes películas sobre la paz en sí, sobre procesos de paz y reconciliaciones, o sobre negociaciones sobre la misma. El séptimo arte, como la literatura de ficción, ha tendido a hablar de la paz a través de los horrores de la guerra y, así, aquí os mostramos algunos títulos que consiguen este efecto. No son películas necesariamente sobre la paz, más bien todo lo contrario, pero que indudablemente luchan por esa idea. Aquí algunos títulos para recordar: "Senderos de gloria“, de Stanley Kubrick. “Sin novedad en el frente” de Lewis Milestone, “Hiroshima Mon Amour” de Alan Resnais, “Gandhi” de Richard Attenborough, “El cazador” de Michael Cimino, “Invictus” Clint Eastwood, “La vida es bella” de Roberto Benigni.

                      
 

                       




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