Texto: Tanuki Yuki

Pareciera que en todas las partes del mundo el tatuaje comenzó mas o menos de la misma manera y siempre para un ambiente marginal (marineros, delincuentes, prostitutas, etc.). Y, el tatuaje tradicional japonés es la excepción. Pero, a diferencia de la mayoría de los tatuajes occidentales de hoy en día, estos estuvieron y están cargados de simbología y significado. Nosotros como occidentales, muchas veces nos apropiamos de su iconografía sin realmente saber bien que significa.

Texto: Tanuki Yuki

Sin lugar a dudas El guardián entre el centeno fue un libro que marcó a una generación. Una generación de adolescentes rebeldes y de post guerra, que llegaban a la adultez viendo los estragos que dejaba a su paso. Y, aunque Holden Claufield nunca haga mención de eso, se pueden ver sus efectos en su descontento constante, en su enojo y en su frustración, su incapacidad para adaptarse a una sociedad que él denomina hipócrita. Holden es un imbécil que critica todo lo que se le cruza (y no sin pensarlo), todo lo analiza para después despedazarlo. Holden es ese adolescente que, hoy muchos años después, todos fuimos. Y todos tuvimos nuestros motivos para ser. Hubo un momento en que descubrimos que los adultos mienten, o son hipócritas o, son simplemente adultos que tienen que lidiar con la vida de adultos que en ese momento nos era ajena. Adaptarse a la sociedad, en muchos casos requiere eso, requiere apaciguar nuestras opiniones un poco, y aprender a convivir con gente que piensa diferente y por eso, no podemos andar por ahí diciendo sin ton ni son todo lo que nos parece. Pero en la adolescencia, es difícil no ver eso como una hipocresía. Y si, ser adulto apesta.

Pero durante todo el libro Saliger / Holden escupe sus pensamientos y sensaciones casi de manera compulsiva, desordenadamente y con una honestidad brutal. Por eso, lo entendemos y nos sentimos identificados con cada miedo, con cada decepción. Y, por un lado rogamos que no crezca, que no ceda frente a la sociedad y el “mundo civilizado”. Pero, por el otro, nuestro lado adulto dice que es imposible, que lo mejor que puede hacer es crecer y adaptarse. Y, si, de nuevo, ser adulto apesta. Sabemos que va a perder algo de eso que nos cautiva y nos atrapa y es esa sinceridad con la que puede odiar a todos y encontrarlos unos pesados y a la vez reírse de los defectos de los otros y encontrarlos cautivantes. 

Por momentos, salvando las diferencias de género y de épocas, parece Amelie Nothomb en Biografía del Hambre (ver reseña pasada). Por esa capacidad constante de describir todo cuanto lo rodea y como lo hizo sentir. Pero como el nombre del libro lo indica, Nothom se traga todo y se lo guarda. Salinger lo escupe, y no solo con palabras, aunque nadie más sabe cómo se siente en cada circunstancia, lo escupe en un comportamiento errático e indisciplinado, y por algunos momentos, violento. Pero las dos mentes funcionan a 300 km por hora con asociaciones libres, descripciones de hechos del pasado y sentimientos entremezclados que te hacen sentir que son personas reales de carne y hueso y no personajes.

En un punto (ya haciendo una asociación todavía más libre) ambos me recuerdan a Woody Allen, solo que donde ellos ponen emociones, Woody Allen describe dudas. Pero los pensamientos se suceden a borbotones como agua que sale a presión por un espacio muy pequeño y pareciera imposible de frenar.

Volviendo a Holden. Es imposible no quererlo, es imposible no entender porque se comporta como lo hace, es imposible no ver su lado más noble invisible para el mundo que lo rodea. Holden va a ser siempre le epitome del adolescente rebelde e incomprendido con un corazón de oro. Cualquier adulto que valga la pena conocer fue un Holden de adolescente y espero que algo de eso sobreviva.


Texto: Tanuki Yuki

A lo largo de los años diferentes culturas de occidente se enamoraron de otras culturas que resultaban exóticas: la india, la china, la tibetana y la japonesa. Yo me enamore de Japón ya hace mucho. En un comienzo fue el amor por el manga y el anime y, con los años comprendí que era la punta del iceberg de una cultura fascinante. Dueños de características que admiramos y que sereflejan en cada una de sus costumbres. Siempre me sorprendió como luego de la Segunda Guerra Mundial Japón fue capaz de reconstruirse y todavía más, incorporar montones de cosas de la cultura occidental sin perder muchos de sus costumbres tradicionales.


La confección de los kimonos y el desarrollo de las sedas son únicos. Así como también, que colores se utilizan a que edad y en qué circunstancias corresponde cada uno. Los mil y un pasos y significados de la ceremonia del te, donde cada elemento tiene una razón de ser. Y no hay tiempo para explicar la profundidad del significado de la caligrafía. Los amantes de lo textil no pueden dejar de ver el boro, sachiko y shibori.

Y entre esos dibujos mágicos donde sus heroínas son muchachas distraídas y torpes pero capaces de salvar al mundo acompañadas de las más exóticas mascotas y estas costumbres tan desarrolladas la cultura Japonesa genera un ara mágica muy indescriptible.

    


Ya de adulta y más allá del manga y anime, la literatura japonesa tiene un aire único. Los romances no son solo romances. Y lo dramático llega a niveles impensados (Romeo y Julieta son solo el comienzo); el terror ya no da miedo, da pánico hasta el punto que te revuelve el estómago. Todo lo llevan al extremo máximo, y lo retorcido para a ser una característica generalizada en todos los escritos., ya sea de los escritores más clásicos Japoneses (como Mizumura) hasta los más occidentalizados ( Ishiguro o Murakami).

Pero, por último, creo que muchos de nosotros (o por lo menos yo) admiramos a la cultura japonesa por cosas que a veces cuesta encontrar en nuestro entorno (lamentablemente): el respeto a los mayores, la obsesión por el trabajo duro y por siempre tratar de ser mejores (aunque se lleve a extremos insalubres), el orden y la disciplina, el énfasis en una educación de primer nivel y la idea del sacrificio constante, la obsesión por los detalles.

    

Creo que aquí nace el interés en generar un espacio donde desarrollar este amor por Japón y su cultura. Y Satori es una editorial lo cual permite acceder a una parte de esta cultura, no solo por tener textos únicos que no se encuentran en otras editoriales (ejemplo: La dama que amaba los insectos y otros relatos breves del antiguo Japón), sino también porque en cada ejemplar cada libro tiene una infinidad de detalles que hace que cada libros sea hermoso, desde la elección de la portada, el tipo de papel de la impresión, el tipo de letra, y, por sobre todo, los pies de páginas y notas que en muchos casos suelen ser indispensables para comprender algunas circunstancias. 

Para concluir una frase que resume en muchos casos parte de la lógica japonesa que tanto me gusta y que estuvo dando vueltas por las redes sociales: “Si alguien puede hacerlo yo también puedo, y si nadie pudo yo debo que ser el primero”

Texto: Tanuki Yuki

Kyusaku Yumeno nace en 1889 y esta obra se publica en 1936. Sin embargo, durante todo el libro tuve esa sensación de que eran todas noticias que había visto en la tele o leído en el diario. Así de actual son los conflictos que presenta Yumeno en esta recopilación de 3 cuentos: No tiene importancia, Asesinato por relevos y La mujer de Marte. 

En la actualidad, en la cual la violencia de genero esta tan presente, pareciera que nada cambio desde la realidad planteada en 1936 por Yumeno. Sus protagonistas son mujeres que sufren el maltrato, tanto físico como psicológico, de parte de los hombres que las rodean y luchan por sobrellevar relaciones enfermizas. Sin embargo, no son solo víctimas, ni son las típicas protagonistas femeninas que aparecían en los relatos de la época. Estas son mujeres que hacen, son mujeres que trabajan, que sienten y que tienen sus propias angustias. Y, aunque algunas de sus acciones nos cueste un poco entenderlas creo que, principalmente, es por una diferencia cultural, son mujeres dispuestas a no dejar que las cosas les pasen sino a tomar acción en sus propios destinos. Esto nos permite sentirnos identificadas con estas mujeres que sufren y que deciden tomar sus destinos en sus propias manos, para bien o para mal.

Por otra parte, no podemos evitar notar que la narración en los tres relatos avanza por medio de cartas o recortes periodísticos, que le otorgan al relato otro ritmo. Por momentos, mucho más personal e intimista y por otros mucho más desapegado pero no tan objetivo. 

Yumeno consigue crear una atmosfera de misterio sin perder contacto con la realidad. Y, sus personajes aunque muchas veces enfermizos no dejan de generarnos empatía.

Gran epilogo por Daniel Aguilar.





Al  comienzo de cada relato se comienza a inflar un globo. De a poquito. Un globo de magia, un globo de un mundo de fantasía que bien puede haber sido muy real. De pronto el artista del mundo flotante de Kazuo Ishiguro toma otro color.

Esta sensación de esta burbuja de mundo de fantasía se genera parte porque en cada cuento se pueden ver variadas costumbres de la época que nos resultan increíbles y parte porque los mensajes que van y vienen en forma de poemas generan otra atmósfera irreal. Pero, pronto comprendo la fragilidad de tales mundos que siempre se desinflan abruptamente antes de llegar al final y uno queda devuelto a esta realidad no menos caprichosa que la del relato. 

Mezcla de entre cuento corto y fabula todos tienen una moraleja para quien sabe encontrarla. Pero nunca pierden en sentido del humor ni la ironía. Asimismo, resultan una gran manera de aprender costumbres y usos sociales que solo llegan a nuestros días por esta especie de relatos. Algunos hoy nos suenan absurdos (por ejemplo la costumbre de ennegrecerse los dientes). Pero no pasa mucho hasta que podamos pensar mil costumbres y modas de hoy que hace mucho menos tiempo nos resultaban ridículas. Caprichos de una sociedad.

No puedo evitar hacer una mención al cuento que le da el título al nombre. Pareciera que los hombres y las mujeres siempre tenemos que aprender lo mismo, no importa la época. Pero siempre hay alguien diferente que nos obliga a cuestionar nuestras ideas que creemos tener establecidas. Y, si somos inteligentes, aprendemos a quererlos; no a pesar de sus rarezas, sino gracias a ellas. 

Prólogo y notas fundamentales para comprender algunos hechos.
La dama que amaba los insectos y otros relatos breves del antiguo Japon.