"Pequeños Macabros" o libros sin edad... (Reseña de Tanuki Yuki)

Hacia mucho que quería conseguir este libro de la editorial el Zorro Rojo: "Pequeños Macabros" de Edward Gorey. Había visto algunas de sus ilustraciones en la web pero no era suficiente. Tenía que releerlo, tenía que copiarlos dibujados, modificarlos; en definitiva, en definitiva, hacerlos míos.

Las ilustraciones ejemplifican con sólo una imagen a un niño con el nombre s cada letra del abecedario que tiene una manera diferente de morir. Si se habían creído que era un libro infantil, se equivocaron. Por ejemplo la A es de Amy, que rodó por las escaleras. El texto en inglés tiene una rítmica mucho mas interesante que en castellano pero la traducción no pierde todo el encanto. (Aunque algo siempre se pierde).  
No tiene mucho más si eso: un niño, una letra del abecedario y una manera absurda de morir. A veces el mayor encanto lo tienen las cosas más sencillas. Semejante a la Melancólica muerte del niño ostra de Tim Burton. No se pierdan ninguno s los dos.

Así como en el libro de Tim Burton, la ilustraciones le dan el 90% de la identidad a este libro. Parecen grabados. A veces me recuerdan a algunos de Goya, otras veces a algunos de William Morros y LeBrune. Monocromáticos, donde se perciben los trazos. A veces hasta tienen reminiscencias medievales. ¿o será mi imaginación? Con un sentido del humor irónico negro e único. Cada ilustración te transmite la esencia de la escena y este aire turbio e inocente a la vez. 

¿Es un libro para chicos? Definitivamente no. ¿Es un libro para adultos? No creo que muchos adultos estén ansiosos de recibir este libro como regalo. Es un libro para todos los adultos que lejos de querer superar el síndrome de Peter Pan nos agarramos a lo que nos queda de fantasía para no perderla nunca; para su la realidad no nos coma, nos engulla con placer y desidia y nos trague para luego escupiendo transformados en adultos en un 100% . Es un libro para la resistencia. Para reírnos de las tragedias. Para no sentir culpa de que todavía nos tenemos y no podamos contener la risa en los lugares mas inapropiados como en la.iglesia o en los funerales. 


Hace unos años se murió mi abuela. Estaba devastada y el infantil de mi marido, por entonces, mi novio, decidió reunirse en un bar conmigo para hacerme compañía. Cuando entró al bar debe haberse dado cuenta de mi estado y a penas se acercó a mi mesa empezó a cantar: “se te murió tu abuela. Se te murió tu abuela.” Usando los dedos como palillos de batería. Cualquier adulto en su sano juicio le hubiera recobrado el café por la cabeza. Pero por algún motivo, sin siquiera pensarlo, se me escapo una carcajada como no me reía hace siglos. Me pareció genial; era lo último que me esperaba en ese momento y su manera sencilla e ingenua de sobrellevar las cosas me pareció brillante. No lo hizo de tonto sino que fue lo único que se le ocurrió hacer para, Aunque sea por esos segundo sacarme dele atado en el que estaba. Porque realmente no hay nada más que puedas decir en una situación así. 

Bueno está libro es como esa canción, que a veces sólo podemos reírnos de las desgracias. Y encima lo podemos hacer mirando dibujos sensiblemente hermosos.

0 comentarios:

Publicar un comentario