El arte de Jean Michel Basquiat

Texto: Tanuki Yuki

Jean Michel Basquiat (1960 – 1988. Nueva York, Estados Unidos), hijo de padre haitiano y madre portoricense, surge en la escena del arte cuando, en Estados Unidos, el pop art con Andy Warhol se encuentran en su apogeo. Las galerías, en busca de nuevos pintores, se dirigen a Europa, donde la pintura se encontraba resurgiendo. En Italia, la transvanguardia con Sandro Chia, Enzo Cucchi y Mimmo Paladino y en Alemania los “Nuevos Salvajes” con Georg Baselitz y Jörg Immendorf. Estas nuevas generaciones respondían a las imágenes minimalistas y conceptuales con producciones cargadas de emoción, sin renegar de la concepción romántica del mundo y deudores del idealismo propio del idealismo alemán. La lectura de este libro es presenciar el desarrollo de un conflicto que pareciera no tener solución más que la duda misma. Pero que indudablemente, genera un estilo cada vez mas maduro y ams honesto.

Para esta época el graffiti dejaba un poco su origen marginal del Bronx como protesta de su marginación social. Aunque todavía mayoritariamente las estas obras eran asignadas a artistas descendientes de emigrantes del Tercer Mundo y de Europa de clase media baja, el movimiento ya había superado las razas y las clases sociales. Para 1978 cuando Basquiat comienza a pintar las paredes del Soho , bajo el pseudónimo SAMO (Same old shit), esta corriente ya había alcanzado su punto álgido como fenómeno de masas anárquico y se encontraba camino a las galerías. Parte, gracias a que la línea divisoria entre la cultura de elite y la cultura popular ya había sido cuestionada, y por ende difuminada, por el pop art. Basquiat se sumó a la moda del graffiti cuando ésta empezaba a entrar en el mercado del arte y se distanció de ella cuando otras tendencias prometieron mayor éxito. 

Uno de los temas principales en la obra de Basquiat es la representación de la vida en la gran ciudad con una actitud estilística ingenua e infantil. Muchas obras de 1981, caracterizadas por el contraste entre fondos netamente pictóricos y elementos gráficos, tienen la ciudad como tema principal como en la obra Sin título (Hombre rojo) de 1981..

En Notary como en algunos otros cuadros (Danny Rosen y Hollywood Africans in Front of the Chinese Theaterewith Footprints of Movie Stars, ambos de 1983) aparece una palabra misteriosa, no contenida en ninguna enciclopedia: JUMARIS. Es una invención de Basquiat, basada en alguna inscripción griega que encontró en un libro sobre pinturas rupestres africanas, la obra de Burchard Brentje African Rock Art (Nueva York 1970). En ese libro aparece una representación de San Jorge, acompañado por la inscripción griega. Dibujo y texto son obra de una tribu nómade del Sahara Oriental, los blemios, que hacia dibujos sobre las rocas, en cierta forma de graffiti, en sentido original de la palabra como señales de identificación para los miembros de una familia o clan. La tribu de los blemios mezclaba en su arte elementos de las religiones africanas y de las iconografías egipcia y cristiana. Con toda seguridad no fue la representación gráfica de la palabra griega lo que llevo a Basquiat a los caracteres latinos JUMARIS. La identidad mestiza de estas gentes, evidencia elementos de diferentes proveniencias con los que consiguieron conformar un lenguaje sintético muy particular le debió fascinar. 

Al igual que los artistas norteamericanos, Basquiat se encuentra en esta nebulosa de mezclas culturales diferentes que habitan un mismo territorio.

Hacer las paces con su legado africano fue el fruto de muchos años de trabajo. Es por esto que en sus primeras obras lo que mayormente se observa es la presencia de su lugar de residencia, que como explica Alfredo Colombres, no es su hábitat de origen, ya que su cultura pertenece a otro territorio. A lo largo de los años al investigar y revindicar sus propias raíces consigue representar en sus obras su hábitat real, donde no pueden dejar de aparecer las influencias de su cultura, junto con las influencias del entorno, donde de hecho habita y con el cual se relaciona. 

Él busca revindicar la cultura a la que pertenece y ve que en la sociedad actual se encuentra marginado. La búsqueda de una identidad que se encuentra dividida.

En septiembre de 1982, Bruno Bischofberger organizó la primera exposición en solitario de Basquiat en Zúrich con obras de su propiedad y se convirtió en su representante exclusivo para toda Europa. En la exposición se mostraron por primera vez los toscos marcos característicos de Basquiat sobre los que el pintor extendía sus cuadros. Gracias a ellos, las superficies pintadas planas se convertían en objetos palpables tridimensionales que se asemejaban tanto a escudos africanos como a velas de barcos polinesios o a altares religiosos españoles. Los poco convencionales soportes que Basquiat usaba para sus pinturas – puertas, marcos de ventanas, frigoríficos, eran también objetos que su asistente encontraba y llevaba al nuevo estudio de Crosby Street.

Esta utilización de soportes no tradicionales son los que sacan a estos trabajos de los materiales y del contexto del arte tradicional Europeo y lleva directamente a vincularlos con otros tipos de arte africano, como también se puede ver en el interés que expresa Basquiat por las tribus africanas y su utilización de JUMARIS como se explica con anterioridad.


En los años siguientes Basquiat pasó muchas temporadas para descansar de la vida de la gran ciudad en la isla de Maui (Hawái), donde por primera vez había alquilado un rancho y acomodado un taller.

El cuadro Toussaint L’ Overture versis Savonarola (1983) es asimismo testimonio de la intensidad y constancia con la que Basquiat sentía la historia de la raza negra. Compuesta por siete tablas, esta obra no es solo una muestra de un amplio aspecto estilístico que abarca pintura expresiva, collage, conceptual y pintura de campos de color, sino que también reivindica la figura de dos revolucionarios de la historia europea americana: el predicador florentino Savonarola (1452 – 1498), quien intentó crear algo así como un estado de Dios y por ello fue quemado con dos de sus acólitos, y el libertador de la entonces colonia francesa Haití, Toussaint L’Overture, nacido en 1743, que murió en 1803 en Doubs tras ser salvajemente torturado. El título pone en relieve el enfrentamiento entre razas de la misma forma que la inscripción Malcom X versus Al Jolson enfrenta al fundador de los Negros Musulmanes (1925 –1965) con el cantante blanco de jazz Al Johnson (1886 1950). Pero cabe objetar que si bien Malcom X, enfrentado en dura oposición al sistema social estadounidense, representa un ejemplo positivo frente a quien plagio al jazz “negro” y pervirtió la música de los oprimidos en sus actuaciones ante los soldados de Corea, convirtiéndola en una forma de arte de apoyo al Estado.


Por todo ello, la obra de Basquiat documenta la construcción progresiva de una identidad descontenta consigo misma, disonante, que tiene que luchar con dificultades y a la que ninguno de los modelos disponibles: ya fuese los ideales de clase media blanca sostenidos por su padre, por un lado, o, los hábitos de chico negro de suburbio del artista del graffiti, resultaban de utilidad. 

Este desdoblamiento de la identidad de Basquiat es la que Colombres explica para los artistas americanos, aplicable directamente. Esta búsqueda de una identidad integradora de la cultura a la que pertenece y al territorio donde habita.

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